domingo, 28 de abril de 2013



-¡Esto no es un juego! Así que deja de actuar como un niño, porque ya no tienes cuatro años.
Él dejó de hacer lo que estaba haciendo y la miró cautelosamente, sin apartar la mirada de ella, de su amada.
-¿Y qué quieres que haga? -le preguntó con gran interés.
-Sólo quiero que seas tú mismo. -le respondió sincera.
-Ya lo soy. ¿Y no te gusto así?
-Sí, pero quiero que me lo digas.
-¡Mala! -le dijo con cariño.
-No soy mala, sólo te amo.
-¡Yo también te amo, princesa! -le sacó una dulce sonrisa a ella.
-¡Ay! Y eso es lo que me gusta de ti, que me lo dices como un niño pequeño. Te amo con todo mi corazón. Adoro todos nuestros juegos, adoro que me beses en la frente por las mañanas y me tires la almohada para que me calle. Me gusta que te rías de mis tonterías y de mis chistes, eso es lo que me hace feliz, porque no intentas hacerme daño. Cuando llego a casa, estás esperándome para comer, y siempre estás dispuesto a ver una película o la tele conmigo, aunque estés cansado. Me cuentas todo lo qué te ha sucedido a lo largo del día. Escuchas mis problemas y aguantas mis manías. Estás siempre a mi lado cuando te necesito. Sabes dar un abrazo en el momento oportuno. Me haces poemas de amor, y haces rimas tontas sólo para que me gusten. Me escribes canciones y tocas la guitarra en honor a mí. Me llevas a lugares nunca vistos y me enseñas cosas nuevas. Te ríes y lloras de felicidad conmigo. Respetas a mis amigos y a mi familia. Nos respetamos mutuamente, y eso es lo que tanto me gusta de ti, a parte de tu sonrisa, tus ojos, tus besos, tus abrazos, tu vida en general. Me abrigas cuando tengo frío y duermes abrazado a mí porque no quieres separarte ni un minuto de mí. Estás para los buenos momentos y los malos. Cuando discutimos, a los cinco minutos ya no estamos  enfadados, y eso es lo que me gusta de ti, que me haces olvidar la causa de nuestro enfado y me recuerdas todas las cosas bonitas que nos quedan por vivir. Me dices todo lo hermosa que soy cada día y me sacas grandes sonrisas con tu optimismo. Me gustan tus virtudes y defectos, y eso es lo que te hace único. Me gusta que seas así, especial, único, y perfecto de una manera inusual. Y por eso, quiero estar a tu lado siempre, porque si estoy contigo, soy feliz, y no quiero estar en otro sitio.
-¡Estaré siempre contigo! -y acto seguido, sus labios se rozaron y llegaron a la sensación de estar a tres metros sobre el cielo.

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